Estamos acostumbrados a escuchar el término educación, y se ha convertido en otro concepto que conocemos pero que realmente no lo definimos.
¿Te pasó? Sentarse y charlar con alguien, preguntar sobre el significado de una palabra y luego encontrar una definición que es un conjunto de palabras enlazadas sin significado real.
Creo que todo el mundo tiene opiniones sobre la educación, pero ¿entendemos realmente su importancia y propósito? La educación es el proceso de promover el aprendizaje de conocimientos, ideas y valores. Suena sencillo, pero su eje básico radica en dos ejemplos que a menudo se difuminan en la práctica: enseñar para promover el aprendizaje.

Muchos educadores dedican cientos de horas a planificar la fase de enseñanza, pero olvidan que lo que realmente importa es enfatizar que el aprendizaje es el objetivo principal de cualquier estrategia de formación. No podemos distinguir entre planificar y alcanzar metas, la importancia de esta etapa es innegable, pero … ¡dejemos de perder el tiempo! El enfoque de cualquier proceso de enseñanza debe estar en métodos y medios para asegurar el conocimiento fijo y sostenible. En palabras simples, «¡El alumno debe aprender!»

Desafortunadamente, con el desarrollo de la metodología educativa, estos problemas se han agravado. Especialmente en un entorno virtual, cuando los formadores preparan su plan de formación, piensan que la tarea es digitalizar los materiales en el curso presencial sin preocuparse de si se interiorizará. La formación eficaz en el mundo virtual requiere un método diferente al que usamos en las aulas presenciales. Parece que el piloto cree que al saber conducir un automóvil, ¡también puede controlar un avión!

¿De verdad crees que una persona puede aprender y estimular la motivación leyendo PDF a través de la pantalla estática de la computadora? Si el proceso de aprendizaje encuentra más obstáculos en la integración tecnológica, ¿cuál es la solución? Lo primero a considerar es la diferencia entre los dos métodos. Hay múltiples factores que marcan claramente la línea divisoria entre estas dos formas de educación, y comprenderlos puede ser la clave para promover un aprendizaje verdaderamente significativo.

De transmisor a motivador. En un aula presencial, el profesor es la única fuente de consulta, mientras que en un entorno virtual los participantes pueden enriquecerse a través de diversas fuentes de conocimiento. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) promueven la construcción de conocimientos colectivos.
Si hacemos buen uso de esta posibilidad, el papel de la enseñanza virtual pasará de la simple transmisión de información a una serie de procesos que estimulan el pensamiento crítico, mejorando así la calidad del aprendizaje. Los profesores brindan orientación y asesoramiento a lo largo del curso, responden preguntas y preguntas por correo electrónico, chat y foros, brindan comentarios sobre el trabajo real y evalúan habilidades, al tiempo que motivan y fomentan una actitud autodidacta.

¡De pasivo a activo! En la formación virtual, el participante puede convertirse en un rol autónomo y activo, porque, por un lado, puede aprender el curso a su propio ritmo, por otro lado, puede aportar sus conocimientos adquiridos en la investigación en red participando en la interacción Activo. Es importante tener en cuenta que los participantes en la educación en línea a menudo se sienten abandonados, por lo que le recomendamos que continúe diseñando actividades para que pueda mantener una comunicación fluida con los participantes del curso.

De fijo a flexible. En la educación presencial, se debe respetar el tiempo y lugar establecidos para que el conocimiento suceda. La ventaja de la educación virtual asincrónica es que se puede ajustar según el horario de los participantes. Por alguna razón, no es importante que los estudiantes no puedan reunirse y estudiar en aulas regulares, la tecnología hace que la información esté siempre accesible. El desafío es que los docentes sean capaces de motivar a sus alumnos para que quieran aprovechar los conocimientos permanentes.

De limitado a extenso. En la educación presencial, el contenido se limita a la comunicación oral, no verbal y escrita. Las TIC son herramientas que apoyan el proceso de aprendizaje, grabaciones, imágenes, videos, correos electrónicos, mensajería interna, foros de discusión y la disponibilidad de diversos contenidos multimedia. Son una fuente de herramientas innovadoras y creativas que pueden ayudarlo a captar la atención de la persona que desea capacitar.

De la unidad a la diversificación. Otra diferencia que cambia las reglas del juego son las diversas herramientas didácticas que se pueden utilizar en modo virtual. En la enseñanza presencial, los participantes se ven obligados a adaptarse al método de enseñanza del profesor. Sus limitaciones dependen del nivel de creatividad del profesor. En la enseñanza virtual se amplían las posibilidades del método: a través de la tecnología educativa, la limitación no es el conocimiento, sino curiosidad.

Además de un rol enseñar es una responsabilidad, así que si estás pensando en pasar tus capacitaciones presenciales a modo virtual, no dejes de capacitarte. La educación avanza al ritmo vertiginoso de la tecnología.

Recuera además que todas nuestras capacitaciones, cuentan con soporte de Aula Virtual y App 360 Eduativa, donde podrás desarrollar contenido, actividades y ver de nuevo las clases las 24/7.

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