Según RAE, cuando nos referimos a la palabra «disrupción», nos referimos a «interrupción o interrupción repentina», y luego podemos decir que cuando hablamos de educación destructiva, nos estamos refiriendo a un tipo diferente de educación, que rompe con el modelo de difusión de conocimientos tradicionales.
La educación disruptiva está directamente relacionada con el trabajo desarrollado por Bower y Christensen (1995) y más tarde por el propio Christensen (2012) sobre innovación disruptiva. Estos investigadores creen que la innovación disruptiva es una innovación que crea un nuevo mercado de valor, que rompe, reemplaza o desplaza el mercado de valor previamente existente. Por lo tanto, la innovación disruptiva primero mejora el producto anterior, interrumpiendo el desarrollo establecido de manera inesperada; luego, esta innovación reemplaza la innovación anterior y establece una nueva forma de entender el mismo producto.
¿Qué es la educación disruptiva en el ámbito educativo?
En el campo de la educación, la innovación disruptiva es una innovación revolucionaria que rompe el plan de estudios, los métodos y métodos de transferencia de conocimientos y abre nuevas opciones de aprendizaje. La educación disruptiva permite la introducción del progreso y la innovación en el proceso educativo a través de nuevas tecnologías y nuevos usos abiertos en el campo de la comunicación. La evolución de los nombres de estas tecnologías las ha acercado cada vez más a la capacidad de los alumnos y docentes para readaptarse a ellas, lo que nos ha permitido pasar de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) a las TEP (tecnologías de empoderamiento y participación) a través de TAC (Tecnología de aprendizaje y conocimiento).
Este año 2020 es un ejemplo de ello, debido a los sucesos de público conocimiento.
A partir de la transformación del tiempo, el espacio, el método y el sistema educativo establecido por la propio aula; con el continuo desarrollo de las tecnologías de la comunicación, esta combinación ha sentado las bases para brindar el semillero necesario para iniciar la innovación disruptiva y promover el desarrollo de nuevos métodos de aprendizaje.
El rol del profesorado en la educación disruptiva
Los docentes actuales no pueden ni deben permitir que las nuevas tecnologías profundicen la posibilidad de cambios metodológicos, aunque puedan encontrar nuevos nombres, lo cierto es que han aparecido en el desarrollo histórico de la pedagogía. La propuesta de J. Dewey, Montessori, Freinet, Decroly o Freire, encontró una nueva razón para convertirse en una propuesta de aprendizaje para futuras escuelas y educadores.
Por lo tanto, para poder llevar a cabo un proceso educativo disruptivo en nuestro propio aula, nuestro enfoque como maestros es crear espacios que puedan traer nuevas experiencias a los estudiantes. Mira a las personas que trabajan con nosotros, están constantemente abiertas al espacio de cambio, los horarios, la metodología y en definitiva la forma en que organizamos el aprendizaje en el aula para realizar cambios importantes y disruptivos para ampliar nuestro conocimiento, confiando en que este tipo de aprendizaje siempre parte del interés personal.
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